10 de septiembre de 2010

Tiene que salir de dentro

Siendo éste un blog joven, me gustaría dejar sentado desde sus inicios que ni tanto él ni como el resto de contenidos de AtalantasWeb tienen una intención proselitista.  
Tengo la convicción de que no se puede (ni debe) insistirle a nadie para que empiece a correr.  Por supuesto que me encantaría que las calles y caminos se llenaran de “colegas”, ¡sobre todo de mujeres!, pero soy consciente de que no es un deporte afín cualquier tipo de personalidad (aunque sí apto y recomendable para todas las personas).  Correr con regularidad requiere un mínimo de disciplina y de sacrificio que sólo compensan si existe un deseo genuino de hacerlo.  Si correr por placer ya cuesta algunas veces (sobre todo los primeros diez minutos), malo es hacerlo con poca disposición o por los motivos equivocados.
Hace algún tiempo, un corredor amateur que me contaba su rutina de entrenamiento, para al final añadir que “correr no le gustaba nada”.  Aun hoy sin palabras para describir mi asombro, quiero pensar que casos como este hay (porque de todo tiene que haber) uno en un millón.  ¡Y es que sobran deportes entre los que elegir el que más se adecúe a las circunstancias y carácter propios!
Disciplina y sacrificio:  el inicio del camino que nos llevará a disfrutar.  Ya sé que con esto no aliento a nadie que quiera iniciarse, pero no sé de otra forma…  Intentar animar a otros a correr puede ser un acto cargado de buenas intenciones, pero casi siempre inútil y desagradecido.  Sólo cabe esperar que todo lo bueno que nos aporta la carrera se note y sirva de incentivo a que otras personas se animen a probar. 

8 de septiembre de 2010

"De qué hablo cuando hablo de correr". De Haruki Murakami


El nombre de este libro no pasa desapercibido a ningún corredor.  Con la intuición de toparme ante una temática que me sería familiar pero también con la prevención de que se tratase de esos títulos caprichosos que no tienen nada que ver con el contenido, tomo un ejemplar...  ¡Una ojeada al azar por sus páginas centrales me convence de que debo continuar en casa con su lectura!
Lamento decir que no conocía a Haruki Murakami.  Me era desconocido tanto como autor de las novelas que le han dado tanto éxito internacional, como corredor aficionado (faceta que se toma muy en serio).  Por lo tanto, sin ningún prejuicio abordo la lectura de este diario escrito intermitentemente y de forma bastante relajada. 
Sólo nueve entradas fechadas tienen estas memorias del Murakami corredor. La idea de este libro nació diez años antes de comenzarlo y fue escrito finalmente entre el verano de 2005 y el otoño de 2006.  En él, Murakami plasma una serie de ideas principales relacionadas con el hecho de correr y en un segundo plano analiza cómo influyen y complementan al Murakami escritor.  Una lectura sólo para agente afín, supongo.  Me refiero a corredores varios, a admiradores incondicionales de este escritor o a quienes reúnan ambas características.
Siempre sin entrar en detalles demasiado íntimos (se agradece que sea el tipo de autor que no expone su vida a las masas ni pretende erigirse en ejemplo de nada), Murakami relata las circunstancias que forjaron su primera novela, sus comienzos como corredor, su primer maratón… hasta que las carreras de fondo llegaron a convertirse en parte de su ciclo vital.
Como si de una charla tranquila entre amigos se tratara (puesto que el autor se confiesa poco hábil en las relaciones sociales), se nota que disfruta cuando relata y contabiliza sus entrenamientos en Hawai, Tokio y Massachusetts, así como algunas de sus “hazañas” personales en maratones y competiciones de triatlón en distintos países. 
No es una narración con un alto sentido de lo lírico, no hay lecciones de filosofía, pocas metáforas y casi ninguna moraleja intencional.  El lenguaje utilizado es asombrosamente llano, aunque hay que tener en cuenta que fue escrito en japonés y que leemos, por ende, el trabajo del traductor.  Pero, insisto, las ideas son sencillas y fuertemente arraigadas a la realidad de su autor.  Y es por esto que sus páginas están llenas de sensaciones...  Es fácil reconocerse en las descripciones de descargas de adrenalina, calor, sudor, sed o frío; a veces dolor, rabia y descontento.  Además, en alguna época de su vida Murakami tuvo que hacerle frente al hastío de correr, afección no poco común en fondistas de larga trayectoria.  En fin, todo eso que uno siente cuando está corriendo, los mantras que nos repetimos cada vez que rebasamos un kilómetro, esas carreras que se ganan más con lo psicológico que con lo físico, el conocerse a sí mismo tan bien interiormente a pesar de que el cuerpo se niegue a responder…  Todo eso lo cuenta Murakami.  Y es así como se le lee:  reconociéndonos en cada página. 
En “De qué hablo cuando hablo de correr” los lectores tendrán delante al tipo de hombre que todo corredor lleva dentro.  Alguien que sufre, que lucha por superarse y a quien ilusiona correr.  Un hombre que, tras más de veinte años dedicados a las carreras de fondo, no puede menos que notar en sí mismo los efectos del paso del tiempo.  Para Murakami se trata de un hecho tan poco deseable como inexorable.   Pero la decadencia física solamente tendrá la importancia que cada uno quiera darle… 
El autor, en un desacostumbrado ejercicio, crea un libro en el que se tiene a sí mismo como protagonista, con la salvedad esta vez de que no puede alterar los resultados.  Lo que está escrito aquí no es ficción.  Pero tampoco somos títeres de la voluntad de un dios que escribe con su pluma el final de las carreras.  Nos queda un resquicio:  y es que, como corredores (Murakami lo descubrió escribiendo estas memorias), tenemos la opción de decir la última palabra.
Título original:  Hashiru koto ni tsuite kataru toki ni boku no kataru koto
Autor:  Haruki Murakami
Traducción del japonés:  Francisco Barberán
Editorial:  Tusquets Editores.  Colección Andanzas
5ª edición:  junio de 2010
ISBN:  978-84-8383-230-1
230 páginas + 8 páginas de fotografías en color
PVPaproximado 17€