Cualquier actividad física que implique vencer la gravedad le hace bien a nuestros huesos, ya que la masa ósea
está determinada por las fuerzas que actúan sobre ellos. (Si bien no se conocen exactamente los mecanismos fisiológicos de la gravedad sobre el proceso de creación de células, la evidencia científica es contundente al demostrar el efecto positivo de la misma).
Cuando corremos, desafiamos
la gravedad como en ningún otro deporte, lo que ayuda a generar nuevos osteoblastos
(células de las que están compuestos nuestros huesos). Si bien la natación y el ciclismo son magníficos ejercicios cardiovasculares, en este sentido, comparados con correr se quedan
cortos.
Es por ello que quienes llevan una vida sedentaria o
practican actividades físicas de bajo impacto deben complementar su rutina con ejercicios de resistencia muscular
(pesas, máquinas, gomas…) y actividades tan al alcance de todos como saltar la cuerda,
subir escaleras o caminar a paso ligero, para que así los músculos se
contraigan y tiren de los huesos a los que están conectados.
Seguro que habeis oído hablar de la pérdida de calcio en los astronautas sometidos a ambientes con poca gravedad. No hace falta tripular una estación espacial para que esto nos ocurra a nosotras también aquí abajo.
A medida que nos hacemos mayores, hay que prestar especial
atención a este tema y aprender cómo el ejercicio y una dieta adecuada pueden reducir
los riesgos de fracturas y la
pérdida de masa ósea (osteoporosis). Estas afecciones afectan tanto a hombres como
a mujeres, pero su incidencia es
mayor entre estas últimas (¡hasta un 80 % de los casos!), sobre todo a partir
de la menopausia. Así, atalantas en la treintena, empezad a
cuidar vuestros huesos ya.
Ahora se ha puesto de moda una cinta de correr con presión
regulable que reduce el peso (no la masa) de quien la utiliza.
Correr de esta forma elimina una gran parte de los beneficios para los huesos que proporciona correr al aire libre o sobre una cinta de correr de las normales. Es por esto que sólo debe ser utilizada por personas con obesidad mórbida (precaución: vídeo), para que puedan realizar una actividad cardiovascular mientras se someten a programas de pérdida de peso; o personas con una discapacidad física, o en procesos de recuperación de lesiones graves para recuperar la movilidad.
Su funcionamiento consiste en crear un ambiente presurizado
alrededor de la cintura que puede hacerre pesar hasta un 80 % menos. Los modelos primitivos fueron desarrollados precisamente
por la NASA, pero para provocar el el efecto contrario ya que al ser regulable
en un ambiente de gravedad cero, esta máquina podía conseguir que los
astronautas entrenaran en condiciones un poco más parecidas a las terrestres.
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