13 de abril de 2011

Corre, Lola, corre

Dedicado a otra "Lola", atalanta que hace kilómetros por Frankfurt.



Lola rennt (Lola corre, si lo traducimos literalmente), es el título original de esta película alemana de 1998.  Película casi de culto (o sin el casi, si se prefiere), lanzó a su director y a su protagonista Franka Potente a un éxito y una fama con los que nunca habían soñado.

No estaría mal revisar esta película y compararla con filmes más recientes de Tom Tykwer como El Perfume o The International (thriller protagonizando por Clive Owen y Naomi Watts).

En cuanto a su indiscutible protagonista, Franka Potente (su apellido tiene reminiscencias italianas, pero es una actriz alemana nacida en 1974), dado su peculiar estilo en esta película, quizá cueste un poco más reconocerla, pero se ha dejado ver en películas de gran presupuesto como El caso Bourne (y su secuela El mito de Bourne) junto a Matt Damon.  Y aunque se prodiga bastante por Hollywood no ha dejado de hacer cine en su país, donde la quieren mucho.  Como en España, pero para los alemanes...

No se pretende en esta entrada contar la trama de la película.  Sería bastante difícil hacerlo sin revelar detalles que estropeen el tratamiento que su director quiso darle al argumento.  Sin duda, la originalidad de éste contribuyó a que en su momento la película causara sensación en festivales de cine independiente donde primero se presentó, para luego saltar a ruedos más comerciales.

Tykwer escribió el personaje de Lola específicamente para la actriz que le da vida, con quien por entonces tenía un romance.  Gran parte del metraje consiste en ver a Lola corriendo.  De verdad; no deja dudas respecto a lo acertado del título.  Vemos planos generales (donde se ve a una atribulada jovencita pelirroja corriendo por las calles de Berlín) intercalados con primeros planos (en los que se recrea la cámara) donde se aprecia la angustia y la concentración de quien corre por alcanzar algo.  Lola no huye.  No siempre, al menos...  Las veces que intenta huir de algo, la pobre Lola acaba mal. 

Lola corre por amor y no cuenta con todo el tiempo del mundo, precisamente.   En su particular carrera contrarreloj, mal del todo no lo hace, teniendo en cuenta que la actriz por aquellos años era una ávida fumadora que no sentía precisamente una especial inclinación por correr como actividad habitual. 

Su estrafalario pelo rojo, su camiseta que deja ver un bonito ombligo y un horrible sujetador de esos de andar por casa (y menos mal, porque como la hubiera sorprendido sin él...), y sus contundentes botas son una imagen antológica del cine europeo independiente de los últimos veinte años.  Esas botas, precisamente, son unas DMs (o Dr. Martens, o Docs, como también se les conoce) y son otro icono de la cultura urbana alemana que se ha extendido a varios países europeos.  Lisbeth Salander (uno de los mejores personajes femeninos de la literatura de ficción reciente), en la trilogía Millennium, también las lleva.  Son botas pesadas y muy resistentes, más que apropiadas para chicas urbanas, duras y en apuros.  Con espíritu de atalantas.



2 comentarios:

jaimescolano dijo...

¿Y tú por qué corres? Yo ya sé por qué lo haces tú, y sé por qué lo hace un montón de gente. A Lola la veré pronto. Gracias por la sinopsis. Cuídate.
PD ¿cómo te ha ido en VLC?

AtalantasWeb dijo...

Hoy me he preguntado lo mismo en MaMoVa...