La II segunda edición, celebrada el 25 de septiembre de 2011.
Con respecto a la anterior, se han introducido un par de cambios. El primero, la fecha. Con el fin de evitar el sofocante calor del año pasado, se ha sustituido agosto por septiembre. Además, se ha organizado la modalidad para caminantes que también recorrerían los
17 km del recorrido que sí es el mismo que el del año pasado.
Los ganadores en esta ocasión han sido Ricardo Durá Cremades en
categoría masculina y Esther Sánchez
Pérez en categoría femenina.
En definitiva, una mañana bien aprovechada para salir a
correr por los montes de Tibi. El recorrido parte de la explanada que hay
justo detrás de la Gasolinera Xirau y el Mesón
Maigmó que hay junto a la autovía A-7 que une Alicante, Castalla y Alcoy. Se pasa muy cerca del Pantano de Tibi y en
los puntos más altos del recorrido es fácil ver el mar.
Inscripción. 10 € para corredores.
Aparcamientos y
alrededores. Cómodo y
espacioso. Asfaltado. Posibilidad de desayunar y usar el aseo del
Mesón Maigmó o la estación de servicio Xirau junto a la zona de salida / meta.
Entrega de dorsales. Ordenada y sin mayores complicaciones. Llevar imperdibles para sujetar el dorsal,
por si acaso.
Recorrido. Circular de 17 km por caminos de tierra y
piedra, sendas, rambla y 5 km de asfalto.
504 m de desnivel positivo acumulado.
Señalización. Muy buena.
Con cintas blancas e indicador de cada kilómetro.
Avituallamientos. 3 líquidos, en loskm 5, 9 y 14 (agua muy
fresca en botellines). En meta, melón, sandía, agua,
Coca-Cola, dátiles, frutos secos dulces y salados, entre otros.
Cronometraje. Sin chip ni código de barras. Toma de datos manual.
Bolsa del corredor. Camiseta técnica de manga corta. Modelo único para ambos sexos y todas las
tallas disponibles, aunque la verdad es que las tallas vienen bastante
grandes. Gorra, bolsa ecológica de tela,
tetra-brik de caldo de pollo (Aneto,
qué montañero), bolsa de cereales para el desayuno, muestras varias de
productos energéticos deportivos.
A partir del 1 de
enero de 2012 sólo se considerará como récord
mundial aquella marca obtenida por una mujer en competiciones exclusivamente femeninas. Los tiempos obtenidos en carreras mixtas a lo
más que podrán aspirar a ser considerados es como mejor marca personal.
La afectada más directa es la británica Paula Radcliffe (1973), que en el Maratón de Londres de 2003
nos dejó a todos sin palabras cuando registró un tiempo de 2:15:25 que hasta la fecha
es considerado un récord muy difícil de batir.
De todas formas, la propia Radcliffe, prudentísima, no lo
considera más que “un poco injusto” (“a little unfair”). Tal vez por evitar entrar en conflicto con la
IAAF, o por estar más concentrada en obtener una buena marca en el Maratón de Berlín del 25 de septiembre que le dé el
espaldarazo que necesita (sobre todo de confianza en sí misma tras una
temporada de enfermedades y lesiones) y que el mundo espera de ella para los
Juegos Olímpicos de Londres de 2012. O
quizá porque es todavía la misma Paula Radcliffe quien ostenta el nuevo récord, ahora de 2:17:42 obtenido
en 2005 también en Londres, pero en una competición donde sólo corrían féminas.
Sin embargo, la ocasión es propicia para reflexionar algunos
aspectos relacionados con esta noticia:
En un sentido general, ¿es acertado aplicar esta normativa
con efecto retroactivo? ¿Cuán retroactivo? Seguramente la historia del atletismo está
plagada de hechos y anécdotas que, si se revisaran con los ojos de hoy y con
los criterios actuales, tendrían que reescribirse demasiadas páginas.
¿Cómo se cambia un dato así?
Se editarán, suponemos, las miles de páginas publicadas, los registros
oficiales, las páginas web que se hicieron eco del suceso. Cuadrillas de sabuesos bucearán en hemerotecas,
confiscarán los titulares de ese día para que ningún lector del presente o del
futuro vaya por la vida con las ideas equivocadas. Google tendrá que desarrollar un algoritmo que
elimine de sus resultados la grave incorrección… ¿Se cambiarán también las
calificaciones de los escolares que en un examen contestaron que X personaje
era el más rápido en Y modalidad del atletismo?
¿Y qué hacemos con la ilusión de todo un país, de miles de atletas que
soñaron con un ídolo en una época determinada?
Y hoy, ¿qué hacemos nosotros? ¿Ponemos
freno al entusiasmo que despierta Usain Bolt, no sea que mañana apliquen un criterio que le
quite la corona de rey indiscutible que tiene?
No es que estemos en contra de que se corrijan los errores,
pero hasta el momento la IAAF se ha guardado bien de argumentar razones que
hicieran pensar en una conducta antideportiva por parte de Paula
Radcliffe. Su reputación es intachable
hasta el momento. Otras veces, en casos demostrados
de dopaje, se han alterado registros y no podríamos estar más de acuerdo. Pero en alguna parte debería quedar
constancia de que, durante un tiempo, se consideraba récord mundial femenino el
de una súper-atalanta que competía en carreras mixtas. Otros hechos, tristemente, no se pueden
alterar. Como que hubo un tiempo (no
demasiado lejano) en que a las mujeres no se les permitía participar en
competiciones oficiales, o como que actualmente en algunos países retrógrados
la religión oficial del Estado obstaculiza hasta lo indecible la participación
de mujeres deportistas, o que a veces una sociedad morbosa puede hacer mucho
daño cuando toca revisar el criterio para determinar cuánto de hombre y cuánto
de mujer contiene un atleta en sus hormonas.
¡Eso, eso sí que nos gustaría que cambiara!
Uno de los argumentos para cambiar la norma, es
que se considera que el que una mujer utilice liebres (masculinos) en su carrera, altera el resultado final. Efectivamente, en este vídeo que le granjeó a
Paula su mejor tiempo, podemos ver cómo corre acompañada de otro atleta que le servía de liebre y que, cumplida
su misión, discretamente se queda detrás segundos antes de que la campeona
cruce el arco de meta.
Definitivamente, Paula se valió en la competición de varias
liebres. Generalmente, la cosa funciona
así: varios liebres (atletas excepcionales, por otra parte) se relevan para
acompañar a la estrella durante 10-15 km
y marcarle los ritmos que debe mantener para conseguir su objetivo final. Pero, por obvio que sea decirlo, no corren en lugar de nadie. También se emplean liebres en los entrenamientos,
entre las muchas técnicas que emplean los corredores para progresar. La cuestión diferenciadora es que, no todas
van acompañadas.
¿Cuál es el problema con las liebres de Radcliffe? ¿Que son hombres
o que, simplemente, son? Porque si es lo
primero, ¿se entiende entonces que liebres
femeninas sí estarían mejor consideradas y no se invalidarían las marcas
así obtenidas? Y si el problema fuera
usar liebres, cualquiera que fuera su sexo, todo el mundo sabe que muchas
estrellas masculinas también se valen de ellas.
Y ahí están sus marcas, intocadas… ¿intocables?
El problema con las liebres de Radcliffe es que son
hombres. Si Rafcliffe es la número uno,
otra mujer difícilmente podría servirle de liebre en circunstancias de
competición. Un hombre, más rápido que
ella, sí. Cualquiera de nosotras sabe
que no se corre igual sola que acompañada con alguien más veloz, que nos ayuda
a sacar lo mejor de nosotras físicamente y cuya compañía, además, puede hacer
más llevadero el esfuerzo prolongado en competiciones donde la psique influye
tanto.
Una solución que piden algunos es que se establezcan dos tipos de récord mundial. Uno para carreras mixtas y otro para
competiciones diferenciadas por sexo.
Quienes lo proponen, son asociaciones internacionales de cierto peso,
con lo que seguramente esta propuesta sea sometida a discusión. Lo sabremos con el tiempo.
Por otro lado, ¿cómo afecta todo esto a los organizadores de las carreras más prestigiosas
del mundo? Aquellas que son el
escaparate favorito de glorias consagradas y la mejor pasarela para las
estrellas incipientes que quieren escribir su nombre en letras de oro. Por no hablar de los miles de aficionados y
corredores populares que se dan cita en estos eventos llegando desde los más
diversos rincones del planeta. Estas
carreras suelen ser siempre mixtas…
Podría ocurrir que, así las cosas, muchas deportistas de
élite que crean verse con posibilidades de hacer tiempos magníficos, eviten
despilfarrar esfuerzos en una carrera que no les va a ser reconocida. Así pierde el deporte, o sea, todas
nosotras. A menos que los organizadores
planifiquen dos carreras paralelas,
diferenciadas por sexo, lo cual, no es difícil de imaginar, encarece y
complica todo. Todo organizador desea
que su evento sea reconocido como un evento intachable, que tenga prestigio por
la calidad de su podio y que los participantes sean numerosos y acaben con
ganas de repetir. Todo ello sin pérdidas
económicas, claro está.
Más que llevar liebres o no, hace más por los resultados el
escenario donde se corra. ¿Son comparables el trazado urbano de
Boston con el de Madrid? ¿Londres,
París, Amsterdam, Berlín…? La distancia
será la misma, pero eso no las iguala, ni mucho menos. Si se parte con una mala regla de medir…
Y aunque este artículo ya tiene bastantes interrogantes,
lamentablemente queda una última. ¿No será que la IAAF no lo dice todo, que
disimula sospechas de, lo que sea, sustancias no permitidas, por poner un
ejemplo, en unos años en que los controles no eran tan estrictos o no había
técnicas tan refinadas para determinarlas?
Esto daría a la razón a los muchos incrédulos que consideraron altamente
improbable el tiempo récord de Radcliffe.
Que quede claro que hasta el momento, la IAAF no ha dejado traslucir
nada inculpatorio al respecto, pero también es cierto que Paula Radcliffe es el icono del atletismo inglés, país que será
sede de las próximas Olimpíadas.
"El cuadro había sido robado en 2001 de un museo en Bélgica y estaba en
manos de un vendedor de cosas usadas y una mujer, según informó la
radio. Ambos fueron detenidos.
[...]
Efectivos policiales se hicieron pasar por potenciales compradores y detuvieron al hombre, de 65 años, y a la mujer, de 40.
[...]
La mujer sería una conocida conductora de televisión griega."
Pedro Pablo Rubens (1577-1640), pintor flamenco que vivió
la mayor parte de su vida en Amberes, en más de una ocasión
inmortalizó el personaje de Atalanta
con su pincel, ya que le daba la oportunidad de plasmar al mismo tiempo los
temas de la mitología clásica y las escenas de caza.
A la izquierda, está representada Atalanta,
arco en mano y túnica de color lila, justo detrás de un Meleagro tocado con
capa roja.
El feroz
jabalí de Calidonia había sido enviado por una iracunda y ofendida Artemisa (llamada
Diana por los romanos) para destruir los cultivos y matar a cuanto hombre pudiera. Para acabar con él, el rey Eneo convoca a un
grupo de los mejores hombres ¡y mujeres! para dar muerte a la furiosa
bestia. Entre ellos, Meleagro (hijo del
propio rey) y Atalanta (imbatible en la carrera y que había
formado parte de los Argonautas). El grupo fue conocido como los Cazadores de Calidonia y la recompensa a la que aspiraban era la piel del
animal muerto que podría quedarse quien le diera muerte definitiva.
Pues
bien, fue Atalanta quien con una de sus flechas asestó el primer golpe
hiriente, siendo luego rematado por sus compañeros de grupo Anfiarao y
Meleagro. Este último, embelasado por la
belleza de nuestra heroína, le obsequió la piel del animal de que se había
hecho merecedor, lo que despertó la envidia de dos de sus tíos, cazadores menos hábiles que Atalanta, que se oponían a que una
mujer se quedara con un trofeo tan valioso.
Meleagro, que no se dejaba contradecir tan fácilmente, tras una disputa mata a sus tíos, tras lo cual, la hermana de éstos, la propia madre de Meleagro,
asesina a su hijo para vengarlos.
La
historia de este cuadro aparece en la Metamorfosis,
el poema épico-mitológico de Ovidio. Era un tema muy conocido para la gente
ilustrada del siglo XVII y recurrente en el arte, así que la temática era
conocida. Definitivamente más de lo que
lo es ahora para nosotros. Llama la
atención la lograda contorsión del
animal que recibe la última estocada.
Se palpa la increíble fuerza de la bestia, que no da tregua, a juzgar
por el cazador herido que yace entre las patas del jabalí. El
ceño fruncido de Meleagro al clavar su lanza en el flanco del animal también
es de lo más logrado, transmitiendo toda la fuerza del gesto, como sugieren la
ondulante capa y la tensión que se percibe en los músculos del héroe.