Septiembre de 2011.
La Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (en inglés, la IAAF) cambia su criterio
para determinar las marcas femeninas en
carreras de ruta.
A partir del 1 de
enero de 2012 sólo se considerará como récord
mundial aquella marca obtenida por una mujer en competiciones exclusivamente femeninas. Los tiempos obtenidos en carreras mixtas a lo
más que podrán aspirar a ser considerados es como mejor marca personal.
La afectada más directa es la británica Paula Radcliffe (1973), que en el Maratón de Londres de 2003
nos dejó a todos sin palabras cuando registró un tiempo de 2:15:25 que hasta la fecha
es considerado un récord muy difícil de batir.
© Paula Radcliffe |
De todas formas, la propia Radcliffe, prudentísima, no lo
considera más que “un poco injusto” (“a little unfair”). Tal vez por evitar entrar en conflicto con la
IAAF, o por estar más concentrada en obtener una buena marca en el Maratón de Berlín del 25 de septiembre que le dé el
espaldarazo que necesita (sobre todo de confianza en sí misma tras una
temporada de enfermedades y lesiones) y que el mundo espera de ella para los
Juegos Olímpicos de Londres de 2012. O
quizá porque es todavía la misma Paula Radcliffe quien ostenta el nuevo récord, ahora de 2:17:42 obtenido
en 2005 también en Londres, pero en una competición donde sólo corrían féminas.
Sin embargo, la ocasión es propicia para reflexionar algunos
aspectos relacionados con esta noticia:
En un sentido general, ¿es acertado aplicar esta normativa
con efecto retroactivo? ¿Cuán retroactivo? Seguramente la historia del atletismo está
plagada de hechos y anécdotas que, si se revisaran con los ojos de hoy y con
los criterios actuales, tendrían que reescribirse demasiadas páginas.
¿Cómo se cambia un dato así?
Se editarán, suponemos, las miles de páginas publicadas, los registros
oficiales, las páginas web que se hicieron eco del suceso. Cuadrillas de sabuesos bucearán en hemerotecas,
confiscarán los titulares de ese día para que ningún lector del presente o del
futuro vaya por la vida con las ideas equivocadas. Google tendrá que desarrollar un algoritmo que
elimine de sus resultados la grave incorrección… ¿Se cambiarán también las
calificaciones de los escolares que en un examen contestaron que X personaje
era el más rápido en Y modalidad del atletismo?
¿Y qué hacemos con la ilusión de todo un país, de miles de atletas que
soñaron con un ídolo en una época determinada?
Y hoy, ¿qué hacemos nosotros? ¿Ponemos
freno al entusiasmo que despierta Usain Bolt, no sea que mañana apliquen un criterio que le
quite la corona de rey indiscutible que tiene?
No es que estemos en contra de que se corrijan los errores,
pero hasta el momento la IAAF se ha guardado bien de argumentar razones que
hicieran pensar en una conducta antideportiva por parte de Paula
Radcliffe. Su reputación es intachable
hasta el momento. Otras veces, en casos demostrados
de dopaje, se han alterado registros y no podríamos estar más de acuerdo. Pero en alguna parte debería quedar
constancia de que, durante un tiempo, se consideraba récord mundial femenino el
de una súper-atalanta que competía en carreras mixtas. Otros hechos, tristemente, no se pueden
alterar. Como que hubo un tiempo (no
demasiado lejano) en que a las mujeres no se les permitía participar en
competiciones oficiales, o como que actualmente en algunos países retrógrados
la religión oficial del Estado obstaculiza hasta lo indecible la participación
de mujeres deportistas, o que a veces una sociedad morbosa puede hacer mucho
daño cuando toca revisar el criterio para determinar cuánto de hombre y cuánto
de mujer contiene un atleta en sus hormonas.
¡Eso, eso sí que nos gustaría que cambiara!
Uno de los argumentos para cambiar la norma, es
que se considera que el que una mujer utilice liebres (masculinos) en su carrera, altera el resultado final. Efectivamente, en este vídeo que le granjeó a
Paula su mejor tiempo, podemos ver cómo corre acompañada de otro atleta que le servía de liebre y que, cumplida
su misión, discretamente se queda detrás segundos antes de que la campeona
cruce el arco de meta.
Definitivamente, Paula se valió en la competición de varias
liebres. Generalmente, la cosa funciona
así: varios liebres (atletas excepcionales, por otra parte) se relevan para
acompañar a la estrella durante 10-15 km
y marcarle los ritmos que debe mantener para conseguir su objetivo final. Pero, por obvio que sea decirlo, no corren en lugar de nadie. También se emplean liebres en los entrenamientos,
entre las muchas técnicas que emplean los corredores para progresar. La cuestión diferenciadora es que, no todas
van acompañadas.
¿Cuál es el problema con las liebres de Radcliffe? ¿Que son hombres o que, simplemente, son? Porque si es lo primero, ¿se entiende entonces que liebres femeninas sí estarían mejor consideradas y no se invalidarían las marcas así obtenidas? Y si el problema fuera usar liebres, cualquiera que fuera su sexo, todo el mundo sabe que muchas estrellas masculinas también se valen de ellas. Y ahí están sus marcas, intocadas… ¿intocables?
El problema con las liebres de Radcliffe es que son hombres. Si Rafcliffe es la número uno, otra mujer difícilmente podría servirle de liebre en circunstancias de competición. Un hombre, más rápido que ella, sí. Cualquiera de nosotras sabe que no se corre igual sola que acompañada con alguien más veloz, que nos ayuda a sacar lo mejor de nosotras físicamente y cuya compañía, además, puede hacer más llevadero el esfuerzo prolongado en competiciones donde la psique influye tanto.
Una solución que piden algunos es que se establezcan dos tipos de récord mundial. Uno para carreras mixtas y otro para competiciones diferenciadas por sexo. Quienes lo proponen, son asociaciones internacionales de cierto peso, con lo que seguramente esta propuesta sea sometida a discusión. Lo sabremos con el tiempo.
Por otro lado, ¿cómo afecta todo esto a los organizadores de las carreras más prestigiosas del mundo? Aquellas que son el escaparate favorito de glorias consagradas y la mejor pasarela para las estrellas incipientes que quieren escribir su nombre en letras de oro. Por no hablar de los miles de aficionados y corredores populares que se dan cita en estos eventos llegando desde los más diversos rincones del planeta. Estas carreras suelen ser siempre mixtas…
Podría ocurrir que, así las cosas, muchas deportistas de élite que crean verse con posibilidades de hacer tiempos magníficos, eviten despilfarrar esfuerzos en una carrera que no les va a ser reconocida. Así pierde el deporte, o sea, todas nosotras. A menos que los organizadores planifiquen dos carreras paralelas, diferenciadas por sexo, lo cual, no es difícil de imaginar, encarece y complica todo. Todo organizador desea que su evento sea reconocido como un evento intachable, que tenga prestigio por la calidad de su podio y que los participantes sean numerosos y acaben con ganas de repetir. Todo ello sin pérdidas económicas, claro está.
© Rodo V. |
Y aunque este artículo ya tiene bastantes interrogantes, lamentablemente queda una última. ¿No será que la IAAF no lo dice todo, que disimula sospechas de, lo que sea, sustancias no permitidas, por poner un ejemplo, en unos años en que los controles no eran tan estrictos o no había técnicas tan refinadas para determinarlas? Esto daría a la razón a los muchos incrédulos que consideraron altamente improbable el tiempo récord de Radcliffe. Que quede claro que hasta el momento, la IAAF no ha dejado traslucir nada inculpatorio al respecto, pero también es cierto que Paula Radcliffe es el icono del atletismo inglés, país que será sede de las próximas Olimpíadas.
7 comentarios:
Gracias por tan buena entrada.
Derecho al pataleo, el tiempo que hizo no se lo quita nadie.
Me quedo con ese glorioso final de maratón. Impresionante.
El atletismo nos regala de vez en cuando momentos grandiosos. Hoy mismo, en Berlín, nuevo WR. Digna representación española, entre ellos, tus amigos, Manoli.
Creo que la nueva regla de la segregación de carreras femeninas es un error deportivo tremendo -y sexista- de la IAAF.
El porque? No lo veo por el lado del dopaje, sino del €€€. Con esta regla, los grandes maratones populares ya no lograrán records mundiales femeninos..a no ser que las chicas de elite corran solas y saliendo 30´antes que los hombres. (Contra el espiritu popular)
Asi, los records mundiales femeninos se producirán en los eventos IAAF. Con la repercusión que ello aporta en medios.
Tan simple, y tran triste, creo, como eso. Y si para ello segregamos a la elite femenina del resto del planeta corredor, y apenas hay protestas...jugada perfecta (sic)
¡Interesante punto de visa, mayayo!
A lo mejor me equivoco, pero esos grandes maratones populares ¿no son eventos IAAF?
Por otra parte, dado que el dinero en el atletismo lo mueven las marcas comerciales que patrocinan a los corredores, la IAAF ganaría más hincándole el diente al sector masculino, que es mucho más jugoso...
No sé... Mil preguntas.
No, Atalanta.
Los maratones populares son empresas privadas, del todo ajenas a la IAAF. De ahí el interes económico de esta en que los records mudiales se batan cuando sea posible en sus pruebas.
para los hombres...tendrán que encontrar algo más creativo, aunque ya hay grandes maratones con records mundiales masculinos NO homologados IAAF, como el de Mutai en Boston 2011. El trazado de Boston tiene mas de 100 años...y no está homologado segun IAAF (sic)
No conocía la historia de Mutai. Buscando en internet, he dado con esto, que viene al caso:
When Mutai was asked how much lower marathon times can go, he said 2:01 might be achievable, but emphasized that fast times are a product of teamwork rather than individual glory.
"[If you run in a pack] of three or four people who help each other, that makes it faster," said Mutai. "If you are strong in a group, you can push it."
******
Respecto a lo de la IAAF y los maratones populares.
Sí, que los organizadores son entidades privadas (la IAAF no puede gestionarlas todas en todas partes), pero en última instancia, es la IAAF quien las regula u homologa. A eso me refería. Por eso a algunas carreras se las califica como de oro, plata o bronce. Y por eso la de Boston no lo está, motivos aparte.
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