O los Cientouno en 15 +/-2 horas
Esta segunda entrada es un compendio de una serie de ideas que pueden hacer más fácil todo el proceso que implica participar en los míticos 101 km de la Legión que se celebran en Ronda casi todos los años. Es un evento esperado por miles de corredores y ciclistas y las plazas ofertadas desaparecen a las pocas horas de abrirse las inscripciones. El entusiasmo no parece que vaya en decremento y si en 2011 la cifra de participantes ha alcanzado las 7.000 personas, no se sabe la que pueda alcanzar en futuras ediciones.
Empezaremos explicando cómo hacer más llevadero algunos aspectos con el fin de:
- perder el menor tiempo posible y
- completar la carrera que sin que el cuerpo acabe demasiado maltrecho.
Cualquier atalanta de nivel medio, que corra regularmente y que, sobre todo, esté determinada a acabarla íntegramente corriendo, puede perfectamente hacer esta carrera entre 13 y 17 horas.
FECHAS a tener en cuenta, inscripción y recogida de dorsales
El plazo de inscripción se abre unos cuatro meses antes. A principios de enero tendrás que ir evaluando tu estado físico y otros compromisos para estar preparada el día de señalado y que suele ser el SEGUNDO SÁBADO DE MAYO.
En 2011 la cuota ha sido de 49 € (la barrera psicológica de los 50, ya se sabe). Un precio adecuado, como podrás comprobar cuando participes.
Hay listas de espera para los que no hayan conseguido un número de dorsal en la primera asignación. A última hora siempre hay gente a la que le surgen contratiempos y cede su dorsal. En el foro de la organización se cuelgan mensajes, tipo anuncio clasificado, donde los deportistas de las diferentes modalidades ponen a disposición su plaza. Lógicamente, la organización necesita controlar la identidad de los participantes y por eso hay un tiempo límite para estos cambios. En la cesión de dorsales está gravemente penalizada la reventa de dorsales por encima de su precio original.
El dorsal y el pasaporte legionario van inequívocamente ligados a un nombre y para recogerlos es imprescindible presentar el DNI o darle una autorización firmada (modelo disponible para su descarga en la web de la organización) a otra persona.
Algo que para un inmensa mayoría puede ser un inconveniente es que el dorsal y pasaporte no se pueden recoger el mismo día del evento. Con lo cual, si no se tiene a quien pedirle el favor, habrá que hacer noche en Ronda o alrededores para recogerlo personalmente. O no... Porque existe la muy cómoda opción de que, pagando un pequeño suplemento de lo que cuesta la mensajería, te lo hacen llegar a casa. Preferible; te ahorrarás complicaciones.
Importante: el pasaporte legionario
Aunque es obligatorio correr con un dorsal fijado a la vestimenta todo el rato, en realidad éste sirve de poco. La pieza más importante es el pasaporte legionario, sin el cual tu participación se reduce inexorablemente a la nulidad. Consiste en un cuadernillo con información de la logística de la carrera: kilómetros entre avituallamientos y tipo de alimento que contienen, pequeño mapa con desnivel y recorrido, y casillas para cada punto de control que sellarán o perforarán cuando pases. Por lo tanto, debes cuidarlo como oro en polvo y llevarlo siempre contigo desde el momento en que te lo dan, pues te servirá para cenar, entregar y recibir material de apoyo (ambas cosas la noche anterior a la carrera ) y hasta para cruzar la línea de meta. Si lo llevas dentro de una bolsa plástica, lo conservarás mejor de la humedad y suciedad.
Varias MODALIDADES. ¿Cómo lo hago?
Descartando la modalidad ciclista o duatleta, que se alejan del propósito de este blog, puedes hacerlo corriendo o caminando. Lo segundo, como senderista, también lo dejaremos al margen, pues los tiempos que inicialmente hemos asegurado (13-17 horas) no se cumplirían.
Nos quedamos entonces con atalantas corredoras que dudan entre correr de forma individual o por equipos, ya que ambas modalidades son posibles. La elección dependerá de las preferencias y la personalidad de cada una. Cuando corres en solitario, tienes la ventaja de que llevas el ritmo que te place en cada momento y eres tú quien decide cómo afrontar la carrera. Tienes más oportunidad de conocer y compartir impresiones con otros corredores que te encuentres y no te pesará la sensación de retrasar a nadie o, por el contrario, de ir por debajo de tus posibilidades.
Correr los cientouno en grupos (de 5) implica que debeis sellar al mismo tiempo vuestro pasaporte en los diferentes puntos de control. Debeis ser cinco durante toda la carrera. Cualquier baja ya os eliminaría de la puntuación como grupo y pasariais a la modalidad de corredor individual. Si te decides por esta opción, sin duda estarás más arropada por tus amigos y entre todos os dareis ánimos en los momentos difíciles (hay algunos kilómetros así, que por ser cuesta arriba luego dan un bajón...), pero debeis estar bien compenetrados, llevar ritmos parecidos desde los entrenamientos y acordar de antemano la decisión a tomar en el caso de algún pinchazo.
¿Cuánto correr los meses previos?
Hacer unos cuantos entrenamientos largos, de entre 40 a 65 km (más, no). Si alguno de ellos es una competición, mejor, pues forzosamente el ritmo cambia y puedes medir tus sensaciones en condiciones muy parecidas a las de la carrera. Entrenar cuestas, para que no te pille por sorpresa el desnivel de la carrera, que no es exagerado, pero que en la última parte se hace muy cuesta arriba, literalmente.
La noche anterior a la carrera
Tras recoger tu bolsa de corredor (no lo dejes para última hora o no conseguirás camiseta de tu talla si eres menuda), lleva tus dos mochilas preparadas a los puntos de recepción. Pasaporte en mano, vete acostumbrando...
En la carrera tienes acceso en los km 59 y 78 a dos mochilas con algunos enseres que la organización transporta por separado. No es obligatorio hacer uso de este servicio, pero no se nos ocurren motivos para no utilizarlo. Se entregan la noche anterior a la carrera o a la mañana siguiente. Como no viajan juntas, tendrás que decidir con buen criterio el contenido de cada una de ellas. Esta distribución es fundamental para tener una carrera cómoda portando el menor peso posible en cada uno de los 101 km de recorrido.
Esa noche puedes dar un paseo por Ronda. Verás que casi todos los paseantes llevan una bolsa (la del corredor) como la que te han dado minutos antes al recoger el dorsal. Aunque cenar de tapas es una gran tentación, la Cena de la Pasta que prepara la organización no está nada mal. Es nutricionalmente perfecta, abundante (si lo pides, te echan doble), caliente y sabrosa. Eso sí, sólo para titulares del pasaporte. Los acompañantes sólo pueden mirar.
Aunque esté de más decirlo, procura dormir al menos siete horas de calidad o más. El día siguiente va a ser muy largo e intenso y exigirá de ti casi tanto de piernas como de cabeza.
Consulta la metereología para el día siguiente. Mientras más próximos a la fecha y hora de la carrera, más acertados.
La organización de la carrera dentro de la ciudad está distribuida en varios puntos. En un polideportivo se establece una especie de albergue en el que los deportistas con sacos de dormir y colchonetas pueden pasar dos noches. La cena de la pasta está en un parque a unas cuantas calles y la concentración de corredores en el campo de fútbol en otro punto distinto. Las distancias entre estos puntos se pueden recorrer perfectamente paseando.
El día de la carrera
Levántate con tiempo. Evacúa tu intestino. Dúchate: te despejará tanto o más que un café. Y tómate el café. No tienes que desayunar neesariamente ligero. Tendrás dos largas horas para digerir hasta un hipopótamo. Si tienes que desplazarte hasta Ronda, cuenta con atascos a la entrada y huecos donde aparcar tan poco frecuentes como un milagro. La ciudad cuenta con varios parking de pago 24 horas...
La carrera es a las 11 de la mañana (ya podría ser antes, ¿no se levantan al toque de diana estos legionarios?), pero te obligan a estar allí dos horas antes. Los corredores ganarían mucho adelantando en dos horas la salida, pensamos.
Durante el tiempo que estés esperando en la zona de corredores (a la que se accede con pasaporte, cómo no), y como ya habrás entregado el material de apoyo que te llevarán kilómetros más adelante, sólo cuentas con lo puesto. Hay unidades de W.C. que se dejan usar bastante bien, a pesar de los muchos usuarios.
Si llueve, tendrás que contar con un chubasquero ligerísimo que no te pese luego durante los siguientes 60 kilómetros (ahí podrías dejarlo en la mochila nº 1). Si son pocas gotas las que caen, con una de esas bolsas plásticas que venden en cualquier tienda de chinos, estarás más que contenta y no te dolerá arrojarla como basura en el primer avituallamiento. Te recomendamos esto último.
¿Qué ropa me pongo?
Antes de vestirte: protector solar en cara, cuello y escote. Vaselina para untarte los dedos y planta de los pies. Esto es importante si quieres evitar las ampollas. Y sí que es posible correr 101 km sin que aparezcan. Úntate también las partes del pecho por donde ajusta el sujetador. La carrera es larga y te puede salir la típica rozadora del elástico que pasa por debajo del pecho, así como los tirantes de los hombros.
Camiseta técnica de manga corta. Por esta vez, mejor no utilices camisetas de tirantes. Mallas o pantalones cortos. Si son muy muy cortos: vaselina en la cara interna de los muslos para las posibles rozaduras.
Calcetines técnicos. No queremos nada de algodón. Que tengan algo de caña, los tobilleros pueden no ser del todo convenientes aquí.
Zapatillas bien amaestradas. Con buena amortiguación; más amortiguación que agarre. El terreno es principalmente pista forestal, con algo de asfalto y algún sendero estrecho y húmedo con posibilidad de barro. No hay tramos técnicos.
Riñonera con 250 ml de agua. Es mejor el agua que la isotónica pues te puede servir para echártela en la cara y refrescarte, lavarte las manos o limpiarte algún arañazo. Hay avituallamientos cada 5 km donde podrás rellenar el botellín hasta el siguiente punto.
Gorra ligera con visera.
Un reloj, para tener una noción de las horas que pasan.
Es muy conveniente también llevar un teléfono móvil (que quepa en la riñonera) y cámara de fotos compacta que se pueda colgar del cinto, para inmortalizar el momento.
Un reloj, para tener una noción de las horas que pasan.
Es muy conveniente también llevar un teléfono móvil (que quepa en la riñonera) y cámara de fotos compacta que se pueda colgar del cinto, para inmortalizar el momento.
Contenido de la mochila nº 1
Además de que en Setenil (km 59) se recoge la primera de las mochilas que habrás dejado en custodia, es un importante punto de avituallamiento. Hay aseos y vestuarios, masajistas y mucha gente animando.
Lo primero es lo primero. Por eso dirígete de inmediato a recoger tu mochila. Un inconveniente de la organización es que para estas entregas sólo hay una cola, atendida por una única persona que verifica la propiedad del objeto reclamado.
Previamente, en esta mochila habrás metido:
Calcetines y camiseta . Frontal. Cortavientos y/o chubasquero. Un pequeño reproductor de música puede ser una buena compañía para animarte durante los próximos kilómetros. Paquete de kleenex, ibuprofeno o algún antiinflamatorio que combata también el dolor. En definitiva, cualquier cosa que puedas necesitar, con la libertad de que todo lo que te sobre lo puedes dejar en la mochila antes de devolvérsela a los legionarios, así como las prendas usadas. Cuando entregues la mochila, asegúrate de que queda bien plastificada y que el número coincida con tu dorsal.
Limpiar bien los pies de la tierra del camino, nueva untada de vaselina, avituallamiento ligero y enseguida seguir ruta. Lo ideal sería no entretenerse aquí más de 20-25 minutos. No tanto por llegar antes (aún queda mucho por recorrer) sino por no alterar el ritmo de la carrera. Es difícil resistir la más mínima tentación de acomodarse aquí.
Contenido de la mochila nº 2
Tiene lugar en el acuartelamiento de la Legión (km 78). Un complejo (en todas sus acepciones) de edificios bastante curioso, presidido por una estatua en honor a Millán-Astray, fundador de la Legión Española.
Atención: peligro de relajación aquí. Mucha gente cansada (por lo tanto, lenta) en un espacio cerrado. Otra vez, reclamar tu mochila debe ser lo primero. Aseos (o algo así) y cena caliente tipo comedor estudiantil.
A continuación procederás a cambiarte la ropa corta por otra de más abrigo. De largo tanto en la parte superior como inferior. Otra vez un nuevo cambio de calcetines y más vaselina (no nos cansamos de recomendarla, bendito bálsamo). Cambiar la gorra por un buff parece conveniente, ya que será de noche (o estará a punto de serlo) y no te hará más falta una visera y tal vez sí algo que te cubra las orejas, porque en la sierra de Ronda las temperaturas descienden bastante por la noche. Ajustarse el frontal. Guantes ligeros. Nueva resolución de acabar. Si antes has llevado un reproductor de música, no lo uses más a partir de aquí: no quieras añadir a la poca visibilidad nocturna una pobre audición.
Una vez seca y abrigada, cena. Sólo faltan 23 km para acabar y saliendo del cuartel toca una larga subida hasta la ermita. No dejes de cenar (esto es importante), pero procura no excederte para ir ligera y poder salir trotando y poco después afrontar las cuestas hacia arriba con buenas sensaciones.
Hay café previsto en los avituallamientos de los kilómetros 84, 91 y 96, pero si pasas muy temprano, lo más probable es que no llegues a probarlo.
¿Competir?
¡Por supuesto! Pero contra ti misma. Adelantar o ser adelantada por otros en una jornada tan larga y con tantas paradas tiene una importancia relativa. Poco revela del ritmo y la velocidad, porque las posiciones pueden variar por una cola que te toque más larga o más corta en la recepción/devolución de mochilas, en el servicio de comidas o incluso si tienes que preocuparte por auxiliar a otro corredor.
La meta
Como no podía ser menos, necesitarás mostrar y que te sellen el pasaporte legionario al cruzar la meta. Sólo así te colgarán al cuello el famoso ladrillo, que es una placa en cerámica conmemorativa de la hazaña. Hay cena caliente en carpas y un punto para recoger tus dos mochilas. ¡Fin de la aventura!
¿O no?
Ronda es una ciudad fantástica. Verla tan imponente en lo alto, iluminada de noche, es una imagen que no tiene precio. Poder recorrerla al día siguiente es uno los alicientes para querer llegar cuanto antes.
No te pierdas las impresionantes vistas del cañón que está a los pies del Parador, ir de tapas (buenas, bonitas y baratas), disfrutar de su gente (los reconocerás porque son los únicos que ese día no caminan como si los hubiera arrollado un elefante).
En fin, una experiencia única. Un reto difícil pero más que abordable. Una experiencia que te enseñará a conocerte mejor a ti misma. Y un sitio a descubir entre los más bonitos de España, si cabe. Lo mejor de Ronda es que siempre puedes volver aunque no sea para correr 101 km.
3 comentarios:
Y después de esto, el que no se entere es que es un seporrico. Atl, qué derroche. Tengo que volver, el ambiente que se respira está por encima de de los galones. fins demà.
Perfecto. De imprescindible lectura para quien vaya a hacer los 101 por primera vez.
Estoy contigo en que la salida debería ser un par de horas antes, por lo menos te evitas algunas horas de calor.
@Jaime: cuidado. A la tercera ya te consideran de la familia y te hacen correrla con el "chapiri" puesto.
@Juanma: ahí queda, mientras Google quiera. Hay cosas que apunto aquí que yo no supe encontrar en la web. Al menos no me fue tan mal.
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