27 de agosto de 2010

La rentrée* o vuelta al cole


Agosto está acabando… Para muchos corredores, este es EL mes ideal para entrenar sin restricciones, gracias a las muchas horas de luz de que disfrutamos en verano.  Agosto es el mes para correr en otras ciudades, en otros países, junto a la playa o sorteando piedras milenarias en montañas lejanas…  Es cuando la piel queda expuesta y se puede presumir de bronceado y mostrar esos músculos definidos (quien los tenga) y honestamente ganados el año anterior.
Para mí, no obstante, el agosto del 2010, con sus dos “o” inmensas, redondas y pesadas como dos soles me hacen desear que acabe pronto este infernal calor y comience septiembre cuanto antes. 
En Europa y Norteamérica, el nuevo curso escolar se inicia con los primeros días del noveno mes.  Es un vestigio de épocas ya pasadas en que estos países vivían principalmente de la agricultura y los meses de recogida del grano se llevaban a cabo en los meses de estío, con la colaboración de todos los miembros de la familia, incluidos los más jóvenes.  Para las que ya no estamos en la escuela ni hemos empleado nunca una hoz, el fin del verano tiene, sin embargo, algo de catártico.  Sin duda, se trata de algo más psicológico que biológico, pero cuando vea caer la hoja 31 de este mes en mi calendario mudaré la piel y dejaré atrás todo lo que ya no me aporta nada.  Asomarán los nuevos tejidos ansiosos por experimentar, cuando menos, temperaturas más moderadas. (Estos días, estamos teniendo máximas de 41ºC-43ºC en ciudades de Levante).
Septiembre es un mes delicioso en España.  El primero de los varios que siguen con terminación “–iembre”, será un alivio disfrutar de las tardes sin escuchar a las incombustibles cigarras.  ¡Qué divertido desafío levantar la vista hacia las caprichosas nubes, tratando de adivinar si debo sacar el chubasquero ante una probable lluvia, que será, en cualquier caso, un rocío delicado!  Correré en medio de vides con hojas de color rojizo, cargadas ya del precioso fruto que honradas manos arrancarán para entregármelo el próximo año embotellado.  Poco a poco, tendré que despedirme de las camadas de conejos y liebres que esta primavera y verano me han sorprendido por decenas en los caminos.  Quizás tarde un año en volver a encontrar a ese zorro (y que tal vez sea hembra) que corría monte arriba y se ocultaba entre la carrasca a mi paso.
Septiembre trae el fin del verano y el principio de muchas carreras en las que participar desde ahora hasta la primavera.  Iré dando cuenta de algunas de ellas puntualmente.

*La rentrée (scolaire) es el término en francés para designar ese período que altera la vida de millones de familias.  Mientras los estudiantes se preparan para iniciar un nuevo curso escolar con renovadas energías e ilusiones, los adultos intentan recomponer el espíritu ante el hecho de volver al trabajo tras las vacaciones y hacerle frente al importante gasto de material escolar para sus hijos.

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